¿MIEDO A HABLAR EN PÚBLICO? ¡BUSCA UN ABRAZO DE OXITOCINA!

¿Miedo a hablar en público? ¡Busca una abrazo de oxitocina!

No es raro escuchar a personas que al abordar reuniones importantes, procesos de negociación, la exposición ante una audiencia etc, se paralizan, incluso les puede pasar a aquellos que siempre hemos considerado como comunicadores natos. Muchos expresan este miedo como si fuera una característica de su forma de ser, probablemente enraizado y dispuestos a sufrir el resto de su vida profesional ¡Se han resignado!

¿Eres tú de los que se resignan o de los que se dan la oportunidad de entender lo que pasa y buscar una solución? ¡Vamos allá!

Desde un punto de vista neurocientífico, nuestro organismo es un engranaje complejo que requiere de “lubricantes” para que todo funcione correctamente. Dependiendo de la situación que se produzca, se activarán unas determinadas zonas cerebrales y se provocará la secreción de diferentes hormonas y neurotransmisores. Veamos paso a paso lo que nos ocurre:

Imaginemos una situación en la que nuestro jefe nos dice que debemos dar una conferencia, hablar ante una audiencia, dar una formación… en ese momento seguramente comenzamos a sentir ya un cierto nivel de estrés (quizá ahora mismo ya lo estés sintiendo solo imaginándolo). Se activan en nuestro cerebro las zonas relacionadas con el miedo y con el recuerdo de otras situaciones similares (amígdala, hipocampo y posteriormente el neocortex) y segregamos una sustancia denominada adrenalina. Esta situación de elevado estrés dura unos minutos pues nuestro organismo buscará rápidamente el equilibrio (la homeostasis). Sin embargo, cada vez que pensemos en este hecho reaparecerá el estrés y aumentarán de nuevo los niveles de adrenalina repitiéndose esta situación hasta el  momento de nuestra intervención en público. Si pudiéramos huir de este escenario sería una buena compañera de viaje, pues la adrenalina prepara nuestro organismo perfectamente para escapar, para la huida. ¡Ojalá! ¡Ya nos gustaría escapar en más de una ocasión! Pero la realidad es que debemos afrontar este momento. A su vez, ante el estrés nuestro organismo produce una hormona llamada Cortisol.

La buena noticia es que tú nivel de estrés podría bajar una vez que comiences a hablar a tu audiencia, pero y ¿si continuas nervioso? ¿Si no baja lo suficiente y las manos te sudan, la boca se seca y te bloqueas? Esto significa que has producido niveles altos de cortisol que no te permiten calmarte, recuperar el equilibrio por lo que deberemos cambiar de “lubricante” para que todo funcione bien. ¡Pásate a la oxitocina!

Este gran aliado, la oxitocina, lo produce nuestro organismo de forma natural. La oxitocina es la hormona que permite anular los efectos paralizantes del cortisol, es un antiestresante natural que nos ayudará a presentarnos ante la audiencia de manera más serena y con mayor confianza.

Cómo aumentar los niveles de oxitocina en el cuerpo

Dada la función estabilizadora y homeostática de esta hormona, es posible querido lector que estés ya deseando conocer cómo puedes aumentar sus niveles en tu cuerpo. En realidad es más sencillo de lo que parece, es cuestión de …… ¡¡emociones!! ¿Seguimos?

Veamos algunos ejemplos:

• Caricias o mimos, algo tan sencillo como la caricia de alguien significativo para ti, será suficiente. Incluso si no tienes cerca a esa persona de referencia, bastará con que imagines la situación.
• El contacto físico, un abrazo por ejemplo, eso sí, debe ser voluntario, deseado y ambas personas os veréis beneficiadas y recompensadas con un aumento de oxitocina, win to win. Imaginarlo también puede hacerte sentir mejor.
• Movimientos corporales lentos. Si además tiene la oportunidad de cualquier tipo de masaje, al igual que en el caso anterior, puede resultar beneficioso para ambos.
• Ejercicios de relajación, respiración, yoga, meditación…
• Reír y divertirse con cualquier actividad, cantando, escuchando música, jugando…
• Hacer algo de ejercicio, no es necesario sesiones largas con un ejercicio moderado será suficiente.
• Acariciar a tu mascota.
• Ayudar, escuchar, atender una petición de alguien, cualquier acto que nos proporcione una sensación de plenitud.
• ... ¿qué más se te ocurre?

Como ves son múltiples las ocasiones en que podemos llenarnos de oxitocina y por lo tanto disminuir nuestro estrés. Además, estudios recientes indican, tal y como te acabamos de contar, que incluso si somos capaces de visualizar momentos que nos impactaron emocionalmente de forma positiva, o recordar un olor o un sonido significativo (en términos de emoción positiva) para nosotros, nuestro cuerpo sin necesidad de vivirlo en el presente puede producir esta hormona. ¡Es maravilloso! ¿No crees?

¡Ya no tienes excusa! Ahora solo te falta comprobar que dominas tu expresión verbal, no-verbal y paraverbal para triunfar, y lo más importante, para ¡disfrutar con tu audiencia! Recuerda que el público desea verte, va a escucharte y a disfrutar contigo, no va a verte sufrir.

¡Que tengas un feliz día!

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